Vaya que fue hoy un momento histórico en el Comité Olímpico Mexicano (COM), pues recibimos a un selecto grupo de atletas que han dejado huella en los Juegos Olímpicos de Invierno a nombre de nuestro país, en los últimos años.
Al pie del pebetero en la Plaza Olímpica del Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), acompañado por Amaranta Acosta, Oficial de Desarrollo Regional en América de la Asociación Mundial de Olímpicos (WOA, por sus siglas en inglés), así como de Daniel Aceves, titular de la Asociación de Olímpicos Mexicanos, tuve la fortuna de presenciar y entregar los reconocimientos y correspondientes distintivos OLY a quienes fueron seleccionados olímpicos y serán olímpicos por siempre.
Entre los galardonados estuvieron Laura Wilson, medallista de oro en hockey sobre hielo 3x3 en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Lausana 2020, Luis Carrasco, representante en skeleton en Salt Lake City 2002, Verónica Ampudia, seleccionada en esquí en Albertville 1992; Ricardo Olavarrieta, quien compitió en patinaje artístico en Calgary 1988 y Albertville 1992, así como Carlos Pruneda, también esquiador en Calgary 1988, actual presidente de la Federación Mexicana de Deportes Invernales y Jefe de Misión en recientes ediciones olímpicas.
Mi reconocimiento y admiración a cada uno de ellos, a sus familias, entrenadores y patrocinadores, pues en este momento tan complicado en el que guardamos la sana distancia por el virus del Covid-19, dichos seleccionados y protagonistas ya de la historia, se vuelven parte de una llama de esperanza que, junto con el Fuego Olímpico que nos ilumina, nos mueve a pensar que muy pronto estaremos juntos de nuevo y qué mejor que los Juegos Olímpicos Tokio 2020 del próximo año para demostrar la unidad y fuerza del Movimiento Olímpico en la era del post coronavirus.