Hoy es el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz y como parte de las conmemoraciones en todo el mundo, quiero destacar la capacidad histórica del deporte para unificar en todos los ámbitos, su cualidad de incentivar el desarrollo y en conjunto, promover la paz como plataforma universal.
A más de un año de enfrentar como sociedad una pandemia por el Covid-19, la activación física y el deporte se han vuelto elementos clave y aliados permanentes del Movimiento Olímpico en momentos de apremio por los que pasamos como sociedad, lo que hacen una ventana para expandir el mensaje de solidaridad e inclusión que tanto se necesita en esta nueva normalidad.
El potencial del deporte como eje de desarrollo es vasto, ya sea por afición o competencia, en este caso, en el alto rendimiento con nuestros atletas olímpicos encamina a todos a un mismo fin: el desarrollo personal a través del cuidado de la salud y la sana competencia.
Aprovechemos al deporte como aliado, el vínculo perfecto para incentivar el respeto, la amistad y la excelencia como lo inculca el Olimpismo y hoy, cuando el desarrollo es un reto para acercarlo a todos sin importar edad, raza o género, el deporte adquiere un papel trascendente, es una apuesta en el presente que garantiza un mejor futuro.
Con los Juegos Olímpicos Tokio 2020 a unos cuantos meses, que la celebración del Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz en este 2021, sea solo un motivo más para unirnos y trabajar juntos por la transformación social, tarde o temprano, esta solidaridad será el cimiento de la paz gracias al deporte.