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Es alentador saber que el estadio de Yokohama, la principal sede de beisbol/softbol para los Juegos Olímpicos del próximo año, abrió sus puertas a toda su capacidad para los aficionados; asistieron 27,850 personas sin reportarse al momento contagios de coronavirus; sin embargo, aún no es momento de echar las campanas al vuelo.

Felicito la labor de nuestros amigos japoneses por su trabajo en equipo y con la última tecnología disponible. Al momento, resultó un éxito dicha apertura tras completarse una prueba de tres días que comenzó el viernes al permitirse un límite de capacidad del 80 por ciento, seguido por otro del 90% el sábado, para culminar ayer con el 100% y ver el partido profesional entre los equipos Yokohama DeNA BayStars y Hanshin Tigers.

Queda claro el deseo de los atletas mexicanos de querer volver a la actividad, su ilusión de llegar a los Juegos Olímpicos no ha desaparecido tras estos nueve meses de confinamiento por el Covid-19, pero aún debemos esperar porque el peligro persiste, sobre todo en Europa, donde países como Francia, Alemania y Reino Unido, anunciaron cierres a nivel nacional durante al menos el próximo mes, que son casi tan estrictos como las restricciones de marzo y abril. Portugal impuso un cierre parcial, mientras que España e Italia endurecieron las restricciones.

También me enteré que Europa representa aproximadamente el 22 por ciento de los 46,3 millones de infecciones a nivel global. Con más de 269 mil decesos, la región comprende alrededor del 23 por ciento de la cifra mundial de muertes por la pandemia de un total de casi 1,2 millones de personas, contagios diarios reportados por los países a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Otro ejemplo del peligro existente se ha dado en algunos equipos de futbol y por ello es vital seguir al pie de la letra con las indicaciones de salud para no correr riesgos. Hay que hacerle caso al dicho popular: despacio que llevo prisa.